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CON LA RELIGIÓN, LO ÚNICO QUE ESTÁ MEJOR, ES LA PROPIA RELIGIÓN

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Primer simposio: 120 años de la escuela moderna

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Discurso del Libre Pensamiento francés con ocasión de las reuniones Día Internacional del Libre Pensamiento, 20 de septiembre de 2020

Queridos amigos, queridos camaradas,

Hoy celebramos el Día internacional del Libre Pensamiento. Les recuerdo que esta iniciativa fue tomada en el segundo congreso internacional de la Asociación Internacional para el Libre Pensamiento, en Mar del Plata, Argentina, en noviembre de 2011. Desde entonces, no hemos fallado.

El 20 de septiembre se coloca bajo las figuras tutelares de Simón Bolívar y Giuseppe Garibaldi, liberadores de América Latina. Garibaldi fue apodado “el héroe de los dos mundos” debido a su acción en América Latina y en Italia.

El 20 de septiembre de 1870, Roma fue anexada a Italia. Las tropas italianas entraron en la ciudad papal por la puerta Pia. Era el fin de los estados pontificios, y la abolición del poder temporal del Papa ahora confinado en el ámbito privado del Vaticano. No hará falta nada menos que el fascismo mussoliniano para intentar hacer de esta propiedad de la Iglesia un pseudo-estado. Sabemos que, al contrario de lo que se nos dice aquí y allá, no es así, y que los argumentos para presentar a Bergoglio como Jefe de Estado no son más que tonterías. Sí, los papas han perdido su poder llamado temporal, es de desear que las Iglesias pierdan el suyo por todo el planeta. Los librepensadores, humanistas y ateos del mundo entero trabajan en ello, tal es el sentido de nuestra celebración de hoy.

Pero, sin embargo, el poder espiritual conserva todavía una huella no desdeñable en las instituciones internacionales por el reconocimiento de la Santa Sede, como observador, pero más aún, en la OIT y en la Unesco, donde los sacerdotes son oficialmente responsables.

Queridos amigos, queridos camaradas:

El 20 de septiembre de 1870, en Italia, el Temporal relegaba por un tiempo al Religioso a la esfera privada. Hoy, en Francia, hay que constatar que estamos lejos del respeto de esta separación entre las Iglesias y el Estado.

Todos recordamos el discurso de Emmanuel Macron en el Collège des Bernardins, donde llamaba a «reparar el vínculo entre la Iglesia y el Estado». Se ha escuchado visiblemente, ya que constatamos que desde las recientes elecciones municipales, algunos municipios han creado, de todas partes, cargos de adjuntos a los cultos o a la espiritualidad.

Observamos también que el nuevo Ministro del Interior no cesa de presentarse como Ministro de Culto, a pesar de que esta función fue abolida por la Ley de 9 de diciembre de 1905 de Separación de las Iglesias y del Estado. La nostalgia de la República ya no es lo que era.

Cada uno es libre de asociarse con quien quiera para promover sus ideas. Es lo que se llama la libertad de asociación que fue instituida por la gran ley de 1901. Hoy se oye decir a este gobierno que habría que compartir su concepción «de la República y de la laicidad» para percibir subvenciones públicas. Es el reino del dinero-rey en todos los niveles.

Hubo una época en la que los partidarios del Concordato, que hacía de las religiones servicios públicos y de los religiosos funcionarios, decían claramente:«Quien paga manda». Era el tiempo de la servidumbre intelectual. La conciencia estaba entonces bajo el almud del sepulcro. Si hay que compartir los mismos «valores» que este gobierno para percibir subvenciones públicas, ¿dónde está la democracia, dónde está la libertad, dónde está la igualdad?

Quieren imponer el yugo del pensamiento único en el que todos deben tener los mismos «valores», las mismas ideas y las asociaciones deben decir lo mismo. Y si eso no se hace, los Kapos televisivos nos llaman al orden, esperando que la represión se intensifique aún más.

Bajo el pretexto de la sanidad, las fuerzas de la ley están en todas partes, todo el tiempo. Incluso se ha visto a policías entrar en escuelas para comprobar que los niños llevaban «correctamente» la máscara. Incluso bajo Vichy, la Escuela siguió siendo un cuasi-santuario, excepto donde se decía «Adiós a los niños» (1). Se ha visto a los trabajadores maltratados por las fuerzas de represión por la misma razón. Y mientras tanto, el Gobierno se esfuerza por reprimir, prohibir, encuadrar, organizar manifestaciones y reuniones de aquellos que se atreven a desafiar su orden y su política.

No se puede aumentar la suma de las libertades de que se disfruta si no se sabe defender las que ya se poseen. Ahora bien, nuestras libertades están gravemente amenazadas, como lo estableció el reciente Congreso del Libre Pensamiento. Les invito a leer atentamente nuestro nuevo número de Argumentos sobre las libertades, disponible gratuitamente en nuestro sitio web. Es esclarecedor para ver dónde hemos llegado en la deriva totalitaria.

Queridos amigos, queridos camaradas:

En todos los países del mundo se han visto las mismas escenas de superstición religiosa en las que era a quien blandía su gri-gri totémico para conjurar la COVID 19. Y, al mismo tiempo, las religiones y los religiosos se apartaban de las normas sanitarias que los gobiernos imponían a la población en su conjunto.

Por ello, la Asociación Internacional del Libre Pensamiento tiene previsto redactar un Libro Negro Mundial de la Pandemia para examinar en detalle las colusiones entre religiones y Estados en este asunto y poner de relieve la represión de unos y los privilegios de otros. Ningún continente se ha librado de esta ola oscurantista.

Queremos crear una enorme comisión de investigación en todos los países y continentes.

Vamos a empezar en Europa para mostrar la nocividad de los 14 Concordatos, cuya derogación exigimos pura y simple. Vamos a proponer a todas las asociaciones con las que mantenemos relaciones amistosas y acciones que se reúnan en el marco de la campaña europea contra los concordatos para establecer esta constatación en una conferencia europea.

También nos dirigiremos a nuestras asociaciones hermanas en los Estados Unidos para que nos informen de lo que ha ocurrido y de lo que sigue sucediendo en este continente.

Nuestro Congreso Mundial sobre Educación no pudo celebrarse en septiembre de 2020 como estaba previsto. Se espera que el próximo año se celebre sobre el mismo tema y también en España.

Queremos devolver al ser humano al corazón de su destino. Pensamos como Jacques Prévert:

El pavo real rueda
El azar hace el resto.
Dios se sienta en ella
Y el hombre lo empuja»

Queridos amigos, queridos camaradas:

En este lugar, recordemos también nuestra lucha por la plena rehabilitación de los Fusillés como ejemplo de la guerra imperialista de 1914-1918. Esta es una de las mayores batallas de nuestra asociación, una lucha contra la espada con un pasador. Un combate para que el soldado siga siendo un ciudadano y no un sujeto atado por la obediencia en una institución de no-ley, la «Gran muda», el ejército todopoderoso frente al individuo incorporado.

Estamos a punto de presentar a la Asamblea Nacional una propuesta de ley para la rehabilitación colectiva de los fusilados, por lo menos por tres grupos parlamentarios. En las próximas semanas habrá que movilizarse para pedir a todos los diputados de todas las circunscripciones que voten esta propuesta.

Repitamos lo que le dijimos a Chauny en el Aisne (dept), el 20 de abril de 2019, inaugurando el Monumento en homenaje a los Fusilados: “Trazaremos el cuadro exacto de los que tomarán posición o no. Y sabremos recordar a todos en las próximas elecciones. Puesto que el Ejecutivo se ha deshonrado públicamente, nos dirigimos al Legislativo que se supone que representa la voluntad del pueblo. Entonces veremos lo que es realmente. Hay palabras y hay hechos.
No cederemos en esta exigencia, porque lo que queremos al obtener la rehabilitación colectiva es el reconocimiento del derecho a decir NO a la muerte, NO a la guerra, NO a la barbarie militarista.
Al hacer justicia a los muertos del pasado, queremos salvar a los vivos de hoy y de mañana. ”

Alrededor del 11 de noviembre de 2020, organizaremos como de costumbre más de un centenar de reuniones pacifistas delante de monumentos por la Paz y contra la guerra o en lugares simbólicos. Este año abriremos nuestras reuniones a todos aquellos que actúan con nosotros contra el reclutamiento generalizado de la juventud a través del Servicio Nacional Universal y les daremos la palabra.

Por supuesto, no se puede concluir esta alocución sin evocar el objeto de todos nuestros esfuerzos, desde hace más de dos años, en el suelo de nuestro país: una manifestación nacional la defensa de la ley de 1905 con motivo del intento gubernamental de revisarla seriamente.

En nuestro Congreso Nacional Virtual hemos podido medir el compromiso de numerosas federaciones departamentales por su éxito. Hemos recibido el anuncio de apoyos de peso en el mundo asociativo, filosófico, sindical y político.

Es el movimiento laico histórico que se reconstituye. Es el Juramento de Vincennes que vuelve a la memoria de todos. Y sí, camaradas, los ritmos de la historia son a veces muy lentos, y como la actividad de los volcanes experimentan largas fases de silencio. Pero el sentimiento secular está siempre presente, y hemos trabajado pacientemente para despertarlo. Vamos a mantener este lugar indispensable de conciencia del movimiento laico. Camaradas, sin exclusiones, sin tratos ocultos, respetando la personalidad de cada uno, traduzcamos este movimiento que se construye en cada una de nuestras Federaciones.

¡Ni Dios ni Señor! ¡Abajo la Calota! ¡Viva la Social!

(1) Alusión a la película “Au revoir les enfants !” que evoca la deportación de escolares judíos

[traducción automática por Reverso]

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Es necesario y urgente un Estado Laico

Grupos laicos se alzan contra la islamización en las escuelas turcas

La policía reprime con dureza las manifestaciones en varias ciudades

 

 “Por una educación laica, científica y democrática”. Con este lema, el sindicato de profesores Egitim-Sen y asociaciones de estudiantes fueron ayer a la huelga en las escuelas públicas de Turquía contra la creciente islamización de los contenidos curriculares y la extensión de la obligatoriedad de las clases de religión a las edades más tempranas, pese a las advertencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

La obligatoriedad de la asigna­tura de religión fue establecida tras el golpe de Estado de 1980 para ciertos cursos y ahora el AKP la ha ampliado a los prime­ros cursos de primaria (5-8 años). Sólo podrán quedar exentos de esta asignatura los alumnos cristianos o judíos.

 

Esta es una noticia que recientemente apareció en un periódico nacional.

 

¿Nos suena de algo? ¿Es sólo una barbaridad más de los islamitas? ¡No! Esto ocurre también hoy en nuestro occidental, democrático y católico país, solo que aquí quedan exentos los judíos e islamitas. Y es solamente un ejemplo de las tensiones sociales por la imposición de privilegios de las distintas religiones.

 

El corazón de cualquier Constitución política es la definición del carácter del Estado en el cual la sociedad, por acuerdo común, se compromete a vivir. Por eso, llama la atención en los actuales momentos, la resistencia a lograr la declaración de Estado laico, frente a lo cual se crea un fuerte debate en el que no faltan los absurdos de pretender que se trata de un ataque a todos los creyentes. Resaltando siempre la demagogia del victimismo que con frecuencia utilizan los católicos.

El laicismo, por el contrario, llama a una postura universalista de respeto al pensamiento de cada quien y, particularmente, de su creencia religiosa o del hecho de no tener ninguna, es decir ser ateo. La igualdad de los ciudadanos independientemente de su postura frente al fenómeno religioso, es parte indisoluble de la igualdad ante la ley y de un Estado de Derecho, en el cual la legislación está por encima de los intereses particulares.

El Estado Laico implica además la autonomía del Estado, la independencia entre la ley civil y las normas religiosas o filosóficas particulares, por lo que el laicismo es parte de la soberanía del país. Por el contrario, nos ponemos por debajo de las decisiones de un organismo privado, distinto a los elegidos en votación universal, como es el caso de los organismos que dirigen cualquier culto particular, generalmente de carácter extranjero, como puede ser el caso del país del Vaticano.

Una falsedad repetida es que el laicismo es una imposición. Absurdo, pues permite por el contrario la libertad de conciencia y de cultos, no los impide, no obliga, ni pone uno de ellos por encima de otros, sino que los garantiza, por supuesto siempre y cuando no atenten a los derechos humanos y a las leyes penales, pues no se puede justificar asesinatos, pedofilia, xenofobia, homofobia o segregación por sexos, como si se tratase de un asunto de fe. Así, toda fe religiosa y filosófica, incluyendo las ateas, agnósticas y otras, tendrán la misma posibilidad de expresar su pensamiento, de practicar sus ritos, si los tuvieren, y de sentirse en plena igualdad de condiciones con las demás.

La única igualdad real se puede dar si el Estado se mantiene defendiendo el interés común de todos y sin distinción, pero no en trampas burocráticas de supuesta igualdad que resultan en la sola presencia de la fe mayoritaria, si es que hay un solo catolicismo, islamismo o judaísmo, lo que muchos teólogos han puesto en duda.

La imposición de una creencia frente a otras, es el hilo conductor de guerras, asesinatos, y abusos en general.

Larga es la lista que podríamos exponer en nuestro país y donde si bien los desmanes de la iglesia católica no llegan, en este momento, a casos como el de Charlie Hebdo, su lobby sigue manteniendo la penalización de la blasfemia (le llaman eufemísticamente escarnio), y algunos obispos hacen llamamientos militares contra lo que denominan el avance del laicismo radical, o enfadan a los musulmanes colonizando la Mezquita de Córdoba, convirtiéndola en una catedral católica, ó…

¿Y qué hacen nuestros políticos?

La mayoría pasa de puntillas por este tema, la derecha se opone,  algunos partidos te reciben, escuchan y aplauden… pero cuando sales por la puerta se vuelven a olvidar de la necesidad de la separación Iglesia-Estado, eso es, la declaración de un Estado Laico.

Cómo siempre tendremos que seguir exigiendo nuestros derechos y, este es uno muy importante, al día siguiente de las elecciones.

 

Luis Vega Domingo

Presidente de AMAL-Asociación Madrileña de ateos y Librepensadores

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III Ciclo de cine ateo, 9-1 a 20-2-2015

 

PROGRAMACIÓN: Los viernes desde el 09 de enero al 20 de febrero de 2015 a las 19,30 horas.

Lugar: C/ Ferrocarril 22, 1º (local de STEM)

(Quienes deseen cenar tras la proyección y el debate confirmar al correo amal.ateosdemadrid@gmail.com )

9/enero: Los jueves, milagro (Luis García Berlanga, 1957, 85’)

Fontecilla, un pueblo que vivió tiempos de esplendor gracias a la fama de su balneario, sobrevive a duras penas gracias al campo y a un limitadísimo turismo que apenas deja beneficios; ni siquiera el tren para ya en la estación. Don Ramón, el dueño del balneario, harto de su escasa y poco aristocrática clientela, en connivencia con el alcalde, el maestro, el barbero, el dueño del hotel y don José, un acaudalado propietario, urde un plan: organizar una “aparición mariana”, como la de Lourdes, que atraiga al turismo y a los devotos. Cuando se dan cuenta del extraordinario parecido que hay entre Don José y una vieja talla de San Dimas, el buen ladrón, el problema queda resuelto.(FILMAFFINITY)

16/enero: Dogma (Kevin Smith, 1999, 135’)

La batalla final en la eterna guerra entre el Bien y el Mal tendrá lugar en Nueva Jersey, cuando dos ángeles caídos intenten destruir el universo entero, a menos que alguien logre detenerlos. Estos dos ángeles, Loki y Bartleby, tratan de hallar un modo de acabar con su exilio perpetuo en Wisconsin, cuando se topan con el plan perfecto para regresar al paraíso: la posibilidad de eludir el dogma que les permitirá retornar al Cielo, si pasan bajo el bendito arco de la catedral de Nueva Jersey, eliminando a la vez toda existencia humana. Pero tendrán que enfrentarse a un problema; una persona ha sido elegida para impedírselo… y no tendrá que hacerlo sola. (FILMAFFINITY)

30/enero: Habemus Papam (Nani Moretti, 2011, 104’)

Tras la muerte de un Papa, obispos, arzobispos y cardenales de todo el mundo se reúnen en Cónclave para elegir a su sucesor. Después de varias votaciones infructuosas, que se anuncian con la salida de una humareda negra, se ve, por fin, la “fumata bianca” que indica que “habemus papam”. Los fieles que se han congregado en la Plaza de San Pedro esperan con entusiasmo y fervor que el nuevo pontífice, siguiendo la tradición, se asome a una de las ventanas que dan a la plaza. Sin embargo, esperan en vano. Por alguna razón, el nuevo Papa no parece estar en condiciones de soportar el peso de tal responsabilidad. Mientras la inquietud se apodera del mundo católico, en el Vaticano, se busca desesperadamente una solución para superar la crisis. (FILMAFFINITY)

6/febrero: Religulous (Larry Charles, 2008, 101’)

Documental del director de la película Borat, e interpretado por el popular e ingenioso cómico norteamericano Bill Maher, que analiza en clave paródica el estado actual de la religión en el mundo. (FILMAFFINITY)

13/febrero: La vida de Brian (Terry Jones, 1979, 93’)

Brian nace en un pesebre de Belén el mismo día que Jesucristo. Un cúmulo de desgraciados y tronchantes equívocos le harán llevar una vida paralela a la del verdadero Hijo de Dios. Sus pocas luces y el ambiente de decadencia y caos absoluto en que se haya sumergida la Galilea de aquellos días, le harán vivir en manos de su madre, de una feminista revolucionaria y del mismísimo Poncio Pilatos, su propia versión del calvario. (FILMAFFINITY)

20/febrero: Así en el Cielo como en la Tierra (JL. Cuerda, 1995, 90’)

Dios Padre decide enviar a otro Hijo a la Tierra para salvar a la humanidad. Pero Jesucristo no está de acuerdo, pues entonces habría que reescribir la historia. Sin embargo, el principal problema es que en el mundo apenas hay mujeres vírgenes, y las que cumplen el requisito no se dejan convencer por el arcángel San Gabriel. (FILMAFFINITY)

Organiza AMAL, Colabora STEM

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Ciencia y religión: un oxímoron en la universidad

De nuevo, la manida polémica de las dichosas capillas en la Universidad.

No deja de sorprender la pretensión de la jerarquía eclesiástica y de algunos católicos de relacionar ciencia y religión como si no fuera un oxímoron evidente, como si se tratase de dos categorías complementarias, cuando no equivalentes. Y no menos paradójico es el esperpento de celebrar misa en el espacio público de la universidad, como estamos viendo estos días en la facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid.

Todo comenzó en la época del rector Gustavo Villapalos cuando éste firmó el «Acuerdo sobre Asistencia Religiosa Católica», el 20 de diciembre de 1993 con el entonces arzobispo Ángel Suquía,para mantener las existentes y favorecer la apertura de nuevos espacios de culto católico en aquellas facultades donde no había. Como muestra la foto del acto inaugural del edificio de la facultad de Medicina en la Ciudad Universitaria de Madrid poco después del triunfo fascista, la universidad española, como toda España, no ha permanecido separada de la religión oficial. Ni siquiera, como sabemos, durante la Transición, a pesar de la Constitución española.

Fruto de aquellos tiempos son estos lodos. Ningún gobierno democrático, incluidos los socialistas, ha movido un dedo por ejecutar de facto esa separación, tampoco en la Universidad. Ésta, y particularmente la Complutense de Madrid, ha mantenido desde el franquismo una muy cordial relación con la Iglesia Católica, bien a través de sectas integristas como el Opus Dei, los Legionarios de Cristo o Comunión y Liberación, Hazte Oír o Más Libres, u organizaciones de extrema derecha como las extintas Fuerza Nueva o Guerrilleros de Cristo Rey, o las vigentes Alternativa Española, Falange o Democracia Española, entre otras. Relación tan cordial que llega a ser íntima, cuya influencia a través de profesores y autoridades académicas en el mismo rectorado y en determinadas facultades de la Complutense como Derecho, Ciencias de la Información o Educación, ha condicionado durante años muchos planes de estudio y buena parte del discurso académico.

 

La fe como estratagema de inmunización contra la crítica, señalaba Bertrand Russel en Sobre Dios y la religión(Ed.Martínez Roca1992), es la firme creencia en algo de lo que no se tiene ninguna evidencia. Cuando ésta existe, nadie habla de ‘fe’; no lo hacemos al afirmar que la Tierra es redonda, sino sólo cuando queremos sustituir las pruebas por emociones, sustitución que suele desembocar en conflicto”.

En la Universidad pública se enseña conocimiento científico basado en la razón, no en la especulación de la fe o del dogma. No tiene, pues, sentido racional alguno la existencia en su seno de capillas ni otros lugares de culto, ni siquiera como fuente de ingresos, del mismo modo que carecería de razón enseñar en las aulas universitarias astrología, quiromancia o ufología bajo premisas epistemológicas.Cada cosa en su espacio propio: la oración, la fe y los dogmas en los lugares de culto; la ciencia, la razón y el pensamiento en la Academia.

Por ello, creemos que el debate no es si debe haber espacios ecuménicos de culto para uso de cualquier creencia religiosa, o si las capillas deben ocupar otros espacios o si la universidad debe cobrar un alquiler a la autoridad eclesiástica para hacer uso de aquéllos. El debate es si la universidad pública debe dejarse condicionar, como en el franquismo, por los imperativos de las religiones, sea la católica o cualquier otra, y mantener o no su laicidad, donde prime el pensamiento lógico, la docencia, el estudio y la investigación científica. Un debate, en cualquier caso, cuya respuesta no debe dejar ninguna duda si se desarrolla bajo premisas universitarias, académicas y científicas.

Javier Gimeno Perelló | Bibliotecario de la Universidad Complutense de Madrid

Publicado en: http://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/ciencia-y-religion-oximoron-universidad/20140721170406105335.html

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UNA NOVELA DIFERENTE: EL MANUSCRITO NOMENTUM

 

He leído con mucho interés la novela de Juan Romero Sierra «El manuscrito Nomentum». Numerosos son los valores que contiene el libro y me han llamado la atención. En primer lugar, resulta realmente curiosa, y muy poco habitual en novelas recientes, la presentación de escenas de aroma costumbrista en las que se reproduce el habla popular. Consuelo, la asistenta de la familia protagonista, recuerda por momentos a algunos personajes de las novelas de Galdós, pero, en realidad, creo que su principal paralelo es otro.

 

Los diálogos de la «inculta»Consuelo con los miembros «cultos» de la familia protagonista me han hecho recordar a otras conversaciones similares entre don Quijote y Sancho Panza. Y, al igual que ocurre en el Quijote, descubrimos que la sabiduría de Consuelo Panza es mucho más profunda de lo que parece a primera vista, una sabiduría basada en el sentido común que, por desgracia, no se puede aprender en la Universidad.

 

Esta semejanza con un personaje del Quijote me ha llevado a la segunda característica que me ha llamado la atención de «El Manuscrito Nomentum». Podría parecer obvio, pero, en realidad, es algo muy poco común en la mayoría de las novelas de hoy día que caen en mis manos: ¡el autor escribe muy bien!

 

La explicación de este extraño fenómeno se encuentra en el propio libro. Si uno quiere aprender a hacer algo, tiene que contar con buenos maestros. Y, a juzgar por lo que parecen ser las lecturas favoritas de Juan Romero Sierra, sus maestros han sido los mejores.

 

A lo largo de las páginas de «El manuscrito Nomentum» aparecen citados una y otra vez Dante, Séneca, Lucano, Platón, Aristóteles, y otros autores clásicos de otras épocas, como Bécquer, Shakespeare o Cervantes. Por muchos siglos que pasen, hay autores inmortales a los que siempre deberíamos volver si queremos que nuestra formación cultural sea completa. Así lo subraya uno de los personajes de la obra cuando afirma que los clásicos son «por donde hay que empezar a leer».

 

Sin embargo, la admiración por los clásicos no ciega a Juan Romero Sierra, que evita caer en un error muy común: el de suponer que, si un individuo destaca en un campo o una habilidad especial, eso significa que es una buena persona y que todas su opiniones son poco menos que palabra de Dios. El autor nos ofrece el ejemplo de Lucano, cuya obra «Farsalia» alaba solo para, a continuación, lamentar que su comportamiento en vida no tuviera una altura y una dignidad comparable a la de su producción literaria.

 

En otro orden de cosas, el libro refleja el pensamiento del propio autor en lo relativo a varias cuestiones, unas de actualidad y otras más intemporales, pero, en todos los casos, con un denominador común: Juan Romero Sierra no se esconde, y dice con todas las letras cosas que muchos piensan pero que muy pocos se atreven a decir, y mucho menos a poner negro sobre blanco. Citaré varios casos:

 

En varias ocasiones se pone en boca de varios personajes la afirmación de que «Dios no existe». Ignoro cuál es la postura del autor al respecto, pero, en cualquier caso, resulta muy poco frecuente leer estas tres palabras, «Dios no existe».

 

Pero si extraño resulta escuchar esta frase, aún más extraño (y debo decir que gratificante, al menos para mí) resulta leer lo que el autor, a través de sus personajes, opina de la religión en general, y de la Iglesia católica en particular. Desde la página 307 hasta la 440 sobre todo, «El manuscrito Nomentum» nos ofrece una visión panorámica de la historia de la Iglesia, de algunos de sus papas más señalados y de sus vaivenes políticos, dando opiniones favorables o negativas sobre los mismos.

 

Lo dice alto y claro. La Iglesia es creación de Satanás, a quien sirve únicamente. La lista de crímenes cometidos en nombre de la fe, la religión y la Iglesia harían ruborizarse, en comparación, al mismísimo Hannibal Lecter. Y no hace falta remontarse a las barbaridades cometidas por la Inquisición, o las Cruzadas, que costaron la vida a más de veinte millones de personas. Hoy en día, la Iglesia condena la homosexualidad pero tolera, disculpa y encubre la pederastia.

 

La posición crítica del autor ante la conducta de la jerarquía eclesiástica es una cara de una moneda, cuyo reverso es una muy sana conciencia social. Ante la injusticia y las desgracias que contemplamos cada día, no debemos mirar para otro lado ni esperar que las cosas se solucionen solas, sino que debemos empezar cada uno de nosotros en nuestra casa, tal como hizo Gandhi, al que el autor cita con una admiración que comparto sin matices. Pocos hombres de los dos últimos siglos pueden estar a la altura de Gandhi; quizás, Martin Luther King y Nelson Mandela. ¡Que pena que no haya más de estos y, sin embargo, proliferen como champiñones en temporada de lluvia los chorizos, corruptos y mediocres de todo pelaje en puestos de responsabilidad!

 

Como especialista en temas bíblicos, debo reconocer que uno de los aspectos que más me ha interesado de «El manuscrito Nomentum» ha sido que hable de la Biblia. Juan Romero Sierra demuestra un conocimiento muy profundo del texto bíblico, pero, a diferencia del ciego, y en el fondo ignorante conocimiento tan habitual en el clero, muestra un espíritu crítico de lo más sano. La Biblia es parte de nuestro patrimonio cultural, y es necesario leerla para entender de dónde venimos, sin que eso signifique una aceptación ciega de sus presuntas verdades. Quizás sea cierta la afirmación que realiza el autor cuando dice que «Platero y yo» es más obra de Dios que la Biblia.

 

He dejado para el final el tema que constituye el argumento principal y, a mi modo de ver, más interesante del libro. No creo estar destripando nada si cuento que «El manuscrito Nomentum» que da título a este libro es, según la novela, un texto perdido y atribuido a Séneca que demostraría que Séneca y Jesús de Nazaret se habrían conocido de jóvenes en Egipto.

 

El tema vuelve a uno de los motivos de mayor éxito de los últimos decenios: la búsqueda del Jesús histórico. Me vienen a la memoria en especial dos libros: la famosa serie del Caballo de Troya, que JJ Benitez ha estirado como si fuera un chicle, y el best seller mundial «El código da Vinci».

 

Sin embargo, me gustaría señalar una diferencia que considero muy importante entre estas dos obras y «El manuscrito Nomentum».

 

Respecto al Caballo de Troya, me viene a la memoria una frase de una profesora mía que, al referirse a otros compañeros de su departamento en la facultad, decía: «Yo de mis compañeros no hablo mal; ahora bien, de las alimañas… ».

 

Pues bien, parafraseando a mi profesora, y sintiéndome en este caso tanto escritor como especialista en temas bíblicos, diría refiriéndome a JJ Benitez: «Yo de los compañeros de profesión no hablo mal; ahora bien, de los ignorantes… ».

 

El caballo de Troya es una presunta reconstrucción fidedigna del Jesús histórico en la que se pueden apreciar errores de trazo bastante grueso, además de la aportación, típica de Benitez, de unos cuantos extraterrestres aquí y allá que dan colorido al relato pero que nos alejan definitivamente de cualquier pretensión de rigor histórico dentro de una obra de ficción.

 

El caso de «El código da Vinci» me parece diferente. Dan Brown muestra un amplio conocimiento de la literatura apócrifa de los primeros siglos del cristianismo, pero tergiversa conscientemente su contenido para crear una ficción comercialmente atractiva. Ya sabemos que «poderoso caballero es don Dinero».

 

Sin embargo, el caso de Juan Romero Sierra en «El manuscrito Nomentum» es diferente, porque, a diferencia del autor del famoso caballo troyano con extraterrestres, no es un ignorante, y, a diferencia de Dan Brown, no sacrifica el rigor científico para crear una trama de ficción.

 

Los conocimientos del autor tanto sobre los evangelios como sobre Séneca hacen que la trama resulte no solo creíble, sino posible. Y ahí radica, en mi opinión, uno de los mayores atractivos del libro: su verosimilitud.

 

Por las razones expuestas, y otras, que sería prolijo enumerar, «El manuscrito Nomentum» es, y concluyo, una historia que no solo atrapará y emocionará a quien la lea, como no solo me atrapó y emocionó a mí apenas iniciada su lectura.

 

Javier Alonso López – Filólogo, Biblista e Historiador.

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