II CONGRESO NACIONAL DE ATEISMO ARGENTINA


Comunicado de Albert Riba, presidente de la Unión de Ateos y Librepensadores

  Apreciados amigos y amigas,

 Es un gran placer y una enorme satisfacción poderme dirigir a ustedes en nombre de la Unión de Ateos y Librepensadores, la principal y más antigua organización que agrupa a los ateos españoles, porque la celebración de este segundo Congreso Nacional de Ateísmo es para nosotros la confirmación de que el movimiento ateo se extiende lenta pero inexorablemente por todo el mundo.

 Todavía somos pocos los que estamos directamente comprometidos en la lucha por acabar con la superstición y la intolerancia, por acabar con los privilegios de un reducido grupo de individuos que por medio de la palabrería, de la llamada tradición —que no es otra cosa que la repetición acrítica de los actos realizados en el pasado— y de la connivencia con los poderes fácticos, tratan de evitar que nada cambie, o que cambie sólo lo justo para que, como escribiera en su día Lampedusa en su conocida novela El Gatopardo, en realidad todo permanezca igual.

 Se trata de impedir el progreso porque siempre existe una minoría a la cual ya le va bien que todo siga como está. Un mundo donde unas élites económicas, al amparo de la religión, siguen viviendo a expensas de una inmensa mayoría de seres humanos, incapaces de romper las cadenas de la explotación porque el temor al más allá de la muerte les impide asumir la verdadera naturaleza del mundo, del único mundo que existe, del mundo donde se dirimen todas las contiendas, del mundo “real”.

 Para ellos se trata de evitar que los seres humanos comprendan que estamos solos en el mundo, que no hay ningún dios al que rezar y que sólo nuestros semejantes, por medio de la acción comprometida y solidaria, pueden ayudarnos a resolver nuestros problemas y a superar nuestras dificultades, que no sirve de nada detenerse a esperar la ayuda de dios, porque lo que no existe no puede ser la solución a nuestras necesidades.

 Somos aun pocos, decía, los que estamos implicados en esta lucha, pero en cambio nuestras ideas avanzan de forma imparable en la sociedad impregnando el pensamiento de intelectuales, políticos, medios de comunicación, de la sociedad entera… Nunca antes hubo tantas personas conscientes de la falsedad de las creencias religiosas y de las implicaciones que eso conlleva. Jamás hubo tantas personas dispuestas a defender la libertad de conciencia, la laicidad de las instituciones y la legitimidad del pensamiento ateo, de apostar por un mundo mejor no sólo para una minoría, sino para todos los seres humanos.

 Para ello es importante comprender que nuestra lucha no es de carácter local. Las religiones son sistemas de interpretación de la realidad que pretenden dar respuestas globales a los problemas de los hombres, y las organizaciones religiosas se extienden por todo el mundo tratando de ganar adeptos y de extender su influencia por todo el planeta. Ante esta estrategia sólo una respuesta coordinada de todos los defensores de la libertad: ateos, agnósticos y librepensadores en general podrá hacer frente a la presión de las religiones, y en particular de la Iglesia católica, que temen perder su influencia en la sociedad.

 La Iglesia es consciente de que la mejor y más eficaz forma de dominación no es la que se ejerce mediante la fuerza, sino la que se consigue doblegando la voluntad. Aquello que transforma a los hombres libres en corderos y les lleva a obedecer como autómatas a su pastor, que les conduce a aceptar con resignación las penalidades de este mundo en nombre de una burda promesa en el más allá, en un futuro mejor que no existe y que no es más que un subterfugio para encubrir los verdaderos intereses de este mundo, es la religión.

 Nuestra principal labor debe ser desenmascarar esa religión para que los hombres puedan mirarla a la cara y comprender que no es más que una herramienta de dominación. Sólo así, cuando una amplia mayoría social comprenda la verdadera naturaleza de la religión, lograremos romper los mecanismos tradicionales de transmisión de la fe y conseguiremos liberar la sociedad de ese lastre para poder empezar a construir entre todos una sociedad nueva libre de supersticiones, una sociedad en la que podamos vivir con respeto todos juntos en nombre de la paz y la libertad.

 Reciban un sincero y fraternal abrazo.

En España a 30 de marzo de 2010

II Congreso Nacional de Ateísmo.
“Elegimos la libertad, rechazamos el dogma”.
2, 3 y 4 de abril 2010 – Teatro Diagonal – Mar del Plata – Argentina
www.congresodeateismo.org.ar

 

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