Una vez mas llega el día 8 de marzo, y las trompetas y tambores de la corrección política tocan a arrebato para la proclamación de la igualdad de machos y hembras de la especie humana.
Los políticos, los gobernantes, los creadores de opinión, algunas organizaciones de mujeres, todos al unísono cantan las grandes ventajas de la sociedad occidental moderna, donde los derechos legales de las mujeres se están equiparando al de los varones y silencian la poderosísima dominación mental a que están sometidas las mujeres de todo el mundo a través de las diferentes religiones.
Todas las religiones importantes están dominadas por seres del sexo masculino, y relegan a la mujer a un segundo nivel. Los dioses actuales casi todos son masculinos, las mujeres están destinadas a la reproducción de esos dioses, eso si, sin disfrutar del placer del sexo.
En muchos países, las mujeres son esclavas al servicio del poder dominante masculino. En otros países no pasan de ser un cero a la izquierda. Y en nuestra occidental, moderna y progresista sociedad se las mantiene bajo la égida de unas religiones cristianas que en ningún caso han proclamado la igualdad de sexos, mas bien lo contrario, y que en sus escuelas, muchas de ellas segregadas, siguen enseñando que el varón es superior a la mujer y que su dios es masculino.
Todos repiten como un mantra que “queda mucho trabajo por hacer para alcanzar la igualdad” pero cierran los ojos ante barbaridades como la obligación de usar determinados tipos de vestidos por parte de las mujeres, se negocia con países que tratan a las mujeres como objetos propiedad de los hombres, se perdonan latigazos, apedreamientos discriminatorios y ablaciones, todo bajo la cobertura de la “cultura religiosa” y de la “libertad personal” de creer en lo que se quiera.
Pero la libertad de conciencia solo se puede dar en una sociedad en la que las reglas de la laicidad sean las imperantes, y hoy en el mundo, y también en nuestro país, es una utopía. Pruebas tendremos en los próximos meses con motivo de las anunciadas visitas del papa Ratzinger a España.
Nosotras y nosotros, mujeres y varones, ateas y ateos, librepensadoras y librepensadores, exigimos que en España se inicie el camino de la igualdad rompiendo y denunciando los moldes machistas de la religión dominante. No podemos seguir tolerando, bajo la engañosa mentira del manejo de la bandera de la libertad, que las mujeres sean manipuladas, desde la más tierna infancia, para obedecer a sus compañeros de vida (padres, hermanos, maridos, hijos, nietos…) y además ser explotadas por las piadosísimas empresas.
Las mujeres y los varones de la UAL, seguiremos en la lucha para conseguir la autentica igualdad en la laicidad, sin dioses ni salvadores.
UAL 8 de marzo de 2010.