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El Universo real. Por Antón Layunta.

Al cumplir el primer decenio del siglo XXI la sorprendente afirmación del sabio –“sólo se que no se nada”- sigue estando totalmente vigente a pesar de todo lo andado desde entonces.

Por un instante imaginemos que todo el conocimiento humano acumulado hasta hoy es un grano de arena. Desde ese nivel de conocimiento es del todo imposible intuir el infinito desierto en el que ese grano de arena insignificante está implicado. Y, hasta hoy, no haber llegado a intuir esa inimaginable dimensión, que sepamos, no ha interferido para nada en el imparable proceso cósmico en el que irremediablemente estamos implicados aún sin necesidad de comprenderlo.

Desde aquel exacto momento en que aquel veraz sabio de la historia expresó su sincera afirmación hasta hoy que en los aspectos fundamentales aún estamos allí mismo, han pasado sólo dos o tres mil años.

En este tiempo y ante la evidencia de no lograr saber, algunos intrépidos decidieron ingeniarse su propia Verdad. Total quien la iba a contrastar.

Más o menos fue así como surgió la opción monoteísta y con ella desaparecieron los ancestrales chamanes adoradores de la naturaleza, del sol, la luna, el agua, o de los animales que les alimentaban. En su lugar aparecieron profetas, hijos de divinos y auto proclamados sumos servidores del único díos en la Tierra; el hombre.

Desde entonces y durante más de veinte siglos, los que prometían amor y se presentaban como justos, esos nuevos dioses de imagen humana, nos han dejado malas consecuencias. La imposición de únicas verdades. La ética de la violenta intransigencia. A través de sus servidores, divididos en mil cismas, su modelo social de convivencia ha consentido el maltrato de la Naturaleza y la negación de nuestra propia condición en pos de una antinatural uniformidad de la vida.

Han sido miles de años perdidos. Guerreando por ver cual de ellos era el más verdadero, el dios más poderoso. Sus representantes aquí en la Tierra todavía hoy hacen gala de ser fervientes seguidores de unos libros que ellos califican como sagrados y que entre otras claras descalificaciones científicas tienen la de ser unos escritos que no reflejan que la Tierra sea redonda o que el sol es el centro del sistema solar, por poner dos ejemplos sencillos.

En esos libros no figuran conceptos como galaxia, agujero negro, antimateria,… no hablan de ADN, células madre, átomos de carbono, o cuerdas del universo.

Hablan de paz y amor, eso sí, pero después de una concatenación de guerras santas, exterminio de herejes e ilegítimas condenas a científicos progresistas, seguimos todos en aquel mismo lugar. Sabiendo que no sabemos nada, exactamente igual que hace dos o tres mil años.

La consecuencia de todo este tiempo mal guiados por ellos y sus divinos representantes ha sido nefasto para la vida en la Tierra. El aire y el agua contaminados, calentamiento del planeta, deforestación, extinción de formas de vida biológica y exterminio de millones de seres vivos a veces sólo por ser considerados herejes. Han aumentado los míseros y los poderosos cada vez lo son más globalmente.

El mundo está exactamente al revés de lo que prometían los libros sagrados de los monoteístas hace miles de años. No hay amor por el prójimo. No hay perdón para el diferente. No hay paz. No hay caridad. Y lo que es peor, no hay esperanza de que uno de esos dioses por medio de sus santos servidores consiga  el milagro de reconducir la situación  a corto o medio plazo. Más bien parece que al contrario. Cada vez se radicalizan más y se alejan más y más de la imparable realidad. La del Universo real en el que todos estamos vivos ahora. En este mismo instante en el que leemos estas palabras. Ese si es el universo real.

Yo creo que, en el nombre del judaísmo, de los dos grandes escindidos y de sus infinitas disidencias, en el nombre de todos ellos ya se ha destruido suficiente.

Todo lo que en nuestro pequeño grano de arena hemos llegado a comprender y manipular ha resultado destructivo. Mejor no entender más y poner en peligro el cosmos.

La invención del telescopio y el microscopio, entre otros adelantos, nos ha ido poco a poco dando respuestas. Con ese acceso directo a la información muchas de las historias misteriosas y sagradas se han ido convirtiendo en simples fábulas que la Tradición, y en demasiados casos el miedo, siguen aún hoy manteniendo vigentes en la atemorizada vida cotidiana de millones de personas en el planeta.

Razonemos ¿Es necesario que una célula sepa que forma parte del cuerpo de un gran elefante para que el paquidermo goce de una vida satisfactoria? ¿Es preciso que dicha célula llegue a entender algún día en que consisten las necesidades vitales del inmenso animal al que necesariamente está vinculada junto a miles de billones de otras células como ella?

Estaremos de acuerdo que la suerte final de un elefante está marcada por factores que no dependen de la intervención de una única célula. Lo sabemos de cierto porque los elefantes no son unicelulares.

Una célula sólo necesita estar capacitada para cumplir con su cometido; ser célula. El cosmos únicamente espera de ella que escrupulosamente realice el ciclo vital individual que tiene genéticamente marcado. Eso es lo único que en la vida ha de hacer bien cualquier célula.

Aceptémoslo, entender la razón final no ha estado, ni estará nunca, al alcance de nadie que sea tan limitadamente humano como nosotros mismos.

Hemos de volver a ser humildes y reconocer que el proceso del cosmos ya funcionaba mucho antes de nuestra existencia. Incluso millones de años antes de que alguien supiera escribir y se le ocurriera difundir primero e imponer después cualquier ingeniosa Verdad.

Saber que toda la variedad de vida que observamos en el planeta tiene un plan coherente de nacimiento, de crecimiento y reproducción, saber que toda esa diversidad además está indivisiblemente interrelacionada, saber cosas como estas es lo que nos debe dar esa tranquilidad que llamamos “de espíritu”. Seguro que si hubiera dependido de los seres humanos o de sus dioses crear algo así, la vida nunca hubiera existido. Ni de milagro.

Para acabar propongo imaginar dos opciones. Primera, una célula que se auto proclama dios y se atribuye la creación del elefante. Segunda opción, una célula que no sabe en que tipo de suceso está incluida y reconoce que Todo tiene un orden que no se alterará porque ella no esté al corriente.

Yo evidentemente he elegido la segunda opción. Lo hago convencido de que pensando así, dentro de tres mil años las cosas serán más racionales, más acorde con las diferentes formas de vida  en el planeta y con las leyes que sostienen toda esa vida.

Además, la ausencia de rivalidades religiosas nos permitirá descubrir que todos somos diversamente iguales en el mismo Universo real.

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El nuevo Beato

El corresponsal de Le Monde en Roma, Philippe Ridet escribe el 28 de abril que San Pedro del Vaticano es un cementerio; que 148 papas han decidido pasar su eternidad dentro de las grutas vaticanas: bajo la basílica, o bien, después de su beatificación, dentro de una capilla de la propia basílica. Y que esto último pasará, a partir de este próximo domingo 1 de mayo, a los despojos mortales de Juan Pablo II, donde serán allí enterrados, cerca de la conmovedora Pietà de Miguel Angel. Y, en otro momento, dicho corresponsal se pregunta: ¿crisis de alojamiento o acto político?

Y es que, para ceder un puesto al nuevo bienaventurado ha sido necesario desplazar, desde el pasado 7 de abril, los restos de otro papa allí presente; es Inocencio XI (1611-1689), beatificado por Pío XII en 1956 -destacó aquel papa por razón de su papel, dice Ridet, en la batalla de Vienne, que en 1683 paró el avance turco sobre la Cristiandad-. Pero nunca jamás -añade con matiz irónico el periodista- un soberano pontífice había sido echado fuera de su lugar por otro.

¿Qué está ahora pasando? -nos podemos preguntar nosotros-. ¿Será sólo la presión popular, tras la muerte del papa polaco, de aquel grito multitudinario Santo, subito! ? Creo que, en este caso (más todavía que en todos los demás), habríamos de pensar que aquí se trata, más aún que en los demás casos, de un acto político.

En los primeros tiempos, la Iglesia fabricaba sus santos, por aquí y por allá, teniendo en cuenta sus martirios y bajo la égida de los obispos del lugar. Luego vino “la confiscación de la autoridad episcopal por parte de la Iglesia Romana, que fortifica su propia autoridad espiritual y temporal” -dice el historiador Roberto Rusconi, autor de Santo Padre (no traducido)-. ¿Y a qué sirve entonces la estrategia de fabricar santos? Valgámonos de nuevo de una frase sacada de algún otro lugar en Rusconi: “Los santos son la proyección de la imagen que la Iglesia quiere dar de sí misma en un cierto momento de su historia. Cada beatificación es, pues, un acto político”. Bajo esta luz, podríamos citar la canonización, en 1622, de San Ignacio de Loyola, fundador de la Orden de los jesuitas y que ratifica el triunfo de la Contrarreforma. Si bien son más paradigmáticas aún las infinitas beatificaciones lanzadas en masa por Juan Pablo II, con su clara opción por un bando en los mártires de la Cruzada; pero dejemos aquellas beatificaciones y vayamos a la otra: la que su propio sucesor y amigo, Benedicto XVI, va a hacer de aquel tan prolífico beatificador.

El frenético proceso de beatificación que pasado mañana se consuma, empezó pocas semanas después de la muerte del papa Wojtyla cuando su amigo y protegido Ratzinger anunció en latín la derogación “ad personam” de las normas canónicas que obligan a esperar cinco años desde el momento de la muerte para abrir una tal causa. ¿Por qué tal excepcionalidad –respecto a propias normas canónicas-? Según el vaticanista Filippo di Giacomo “la causa se abrió en la diócesis de Roma por motivos poco claros y se ha limitado a analizar los 27 años del pontificado de Wojtyla [es decir, la vida pública de un ídolo mediático al servicio de una determinada política] y no su vida anterior” ¿Será, quizás, una opción a favor de la citada fiebre beatificadora de quien creó tantos beatos y santos como todos sus predecesores juntos y, generalmente, todos de un mismo bando?

Otros, en cambio, creen que es más orientadora una ulterior explicación -véase Miguel Mora (El País, 15-I-2011)-: “Contribuirá a difuminar las sospechas de que el papa polaco y sus colaboradores más cercanos [y el más fiel, el propio Ratzinger] conocían los crímenes cometidos por Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, pederasta y corruptor de la curia de Wojtyla, de quien fue asesor principal para América Latina”. Similar opinión puede observarse en Bedoya (véase su artículo en la misma página de Mora): “En el caso de Marcial Maciel, Fundador de los Legionarios de Cristo, podría hablarse incluso de encubrimiento si no resultara cruel decirlo de quien va a ser beato…” Volviendo a Miguel Mora, éste cita a los principales promotores de la beatificación: al exportavoz de Wojtyla, Joaquín Navarro Valls, miembro del Opus Dei y, sobre todo, al exsecretario privado de Wojtyla, Dziwisz, arzobispo de Cracovia. Se podría tirar más aún de este hilo y la relación de estos personajes promotores. Si alguien se atreve a hacerlo, superando un hipotético miedo a que se hundiera su propio sistema de seguridades en aras de descifrar la verdad, puede hurgar en mi artículo “La gran ocultación de la pederastia y dónde hallar al ocultante” (localizable en: ateus.org -y luego, pulsando sobre artículos y publicaciones-).

Bedoya concluye, volviendo a Ratzinger: “Eran muy amigos y compartieron complicidades durante décadas, hasta hacerse muy ancianos, así que no ha de extrañar que se considerasen mutuamente elegidos de Dios en una misión de combate contra el modernismo del momento, llamado ahora laicidad y relativismo. Es decir, unos benditos”.

Respecto a pensadores cristianos y teólogos, Bedoya decía unas líneas antes: “Juan Pablo II resucitó la siniestra Inquisición pese a haberla clausurado el Concilio Vaticano II y puso al frente a un policía de la fe que ha descabezado sin contemplaciones a la mejor teología de los últimos siglos. Se llamaba Joseph Ratzinger, ahora papa Benedicto XVI”.

Claro que no es ningún misterio que el papa Wojtyla fuera elegido en un cónclave tras haber ido a postrarse ante la tumba de Escrivà de Balaguer en Roma. Y tampoco es ningún misterio que tras la “misteriosa” muerte de Juan Pablo I, el mando y dirección de la Iglesia fuese tomado por el bando “perdedor” del Concilio Vaticano II -quien desee conocer más detalles sobre este particular, puede leer en el mismo lugar informático, ateus.org (pulsando sobre mis artículos: “¿Por qué matar a Juan Pablo I?” y también, “El papel de la Iglesia en la alargada sombra de la Cruzada”).

Volvamos al malestar de los teólogos y a aquella su persecución que denunciaba Bedoya. En El País de 5-II-2011, su corresponsal desde Berlín, Laura Lucchini dice: “Un total de 144 teólogos de habla alemana han firmado un manifiesto que pide reformas urgentes en la Iglesia católica […] Reclaman un nuevo inicio. El manifiesto supone el alzamiento más importante contra la cúpula de la Iglesia católica desde 1989, cuando 220 teólogos suscribieron la Declaración de Colonia, crítica con la gestión de Juan Pablo II”.

Y finalicemos con unas declaraciones nada sospechosas de anticristianismo -son del teólogo actual Juan José Tamayo (en uno de aquellos días)-: “Yo creo que el Vaticano como Estado y el autoritarismo papal son dos de los factores que más han contribuido al fracaso del cristianismo en su historia y que más escándalo generan entre los no creyentes, pero también entre no pocos cristianos evangélicos. Además, están en abierta oposición al Evangelio […] al tiempo que alejan, más que acercan, de la fe en Jesús de Nazaret. La desaparición del Vaticano es condición necesaria para la recuperación de la credibilidad de la Iglesia en el mundo actual”.

El domingo, uno de mayo, el nuevo Beato.

Autor: Jaume Barallat

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Murió el Diablo

Murió el Diablo. El Otro. La historia se repite. El Diablo no es sino el Dios de los vencidos,  y su demonización no es sino un ardid más de guerra, para aplastarlos culturalmente. Muerto, tras larga agonía, el comunismo soviético, el islamismo encarnado en Bin Laden era el Diablo que justificaba el aplastamiento de los pueblos del Islam. Hoy ha muerto ese Diablo, tras la decadencia de su presunto poder, que revelan las actuales revueltas árabes.
Esperemos que esa muerte física del Diablo Bin Laden propicie también la de otro antiguo Dios que, para no convertirse ya en un vencido Diablo en una civilización más razonable y democrática, utilizó el espantajo Bin Laden. Así pudo  recuperar en parte, con Bush, su categoría divina, justificando cruzadas económicas, bendecidas por quien, terminando  su ciclo, ha sido consagrado beato “para la eternidad” en el preciso momento en que ha terminado también la carrera de Bin Laden. Descanse, y descansemos, en paz.

Martín Sagrera, religiólogo.

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Felicitación a la Asociación Civil Ateos Mar del Plata

Correo remitido por la Ual a la Asociación Civil Ateos Mar del Plata

Queridas amigas, queridos amigos:

He leído con alegría el comunicado que sobre la resolución del INADI contra la Universidad del Salvador, por discriminación.

Felicito al Ingeniero Fernando Esteva Lozada por su trabajo y firme objetivo de lucha a favor del reconocimiento del derecho efectivo a la libertad de consciencia y por una sociedad laica.

Con aprecio y cariño desde España, saludos cordiales.

Albert Riba
Presidente de la UAL

Y la respuesta de nuestros amigos y amigas:

Muchisimas gracias, trasmití el saludo a todos los miembros de la asociación.

Un fraternal abrazo,
fernando

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Carta a los diputados, entregada el dia 31 de marzo de 2011

SEÑORIAS:

Las Organizaciones abajo firmantes deseamos manifestar nuestra más enérgica y serena protesta ante el modo en que Institucionalmente se está tratando la visita, ya realizada, a Santiago y Barcelona y, en el próximo agosto a Madrid, de un líder religioso, en este caso el de la Iglesia Católica.

Cuando atravesamos una importante crisis económica que ahoga las economías de cientos de miles de familias, el Gobierno y otras Instituciones del Estado no tienen el menor inconveniente en emplear en tal evento importantes sumas de dinero público que, entendemos, deberían ser empleadas en otras cuestiones sociales. Una vez más los intereses generales de la sociedad española se ven postergados a los estratégicos de una organización privada: la Iglesia Católica, grupo religioso que, en algunas ocasiones, atenta contra leyes civiles aprobadas en ese Parlamento.

Los abajo firmantes exigimos que el mayor propietario inmobiliario de Europa y de múltiples bienes de todo tipo, la Iglesia Católica, se haga cargo de sus propios fastos, ya que lo que indigna a una gran mayoría de ciudadanos y ciudadanas es que ese costo lo paguemos entre todos, creyentes y no creyentes, queramos o no queramos.

Y no solo eso. Lo que es peor aún, todas las Instituciones del Estado, de Galicia y de Cataluña y próximamente de Madrid, se ponen al servicio de ese evento ignorando nuestra propia Constitución, que como sus Señorías saben proclama a España como un Estado “aconfesional”.

Esa actitud protagonizada por una mayoría de políticos y representantes públicos (que representan a creyentes, católicos y no católicos y a no creyentes) solo se explica desde el punto de vista utilitarista y espurio y desde luego, en nuestra opinión, supone una clara bofetada a nuestra Constitución.

El señor Ratzinger representa a una organización que, entre otras cuestiones, ha manifestado públicamente su homofobia, practica la discriminación sexual, de género, y ha ocultado graves casos de pedofilia.

Por este camino la construcción del Estado laico queda lejos, mientras seguimos inmersos en un rancio nacionalcatolicismo, en esa peligrosa simbiosis entre política y religión que atenta contra un Estado de Derecho que ustedes deberían estar obligados a preservar.

Vindicamos la tramitación de una Ley de Libertad de Conciencia, que diera pasos hacia la derogación del concordato y la construcción, siempre pendiente, de un Estado Laico.

Respetuosamente.

En representación
Luis Vega
DNI xxxxxxxxxxxxxxx
Calle xxxxxxxxxxxxxxxxxx Rivas Vaciamadrid – Madrid

Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores-AMAL • Europa Laica • Redes Cristianas • Izquierda Anticapitalista • Unión de Ateos y Librepensadores • La Asociación Valenciana de Ateus y Lliurepensadors • Sección de Aragón de la UAL• Asociación Albaceteña de Ateos Agnósticos y Librepensadores • Ateneu Eclèctic i Liberal d’Ateus i Agnòstics • Ateos y Librepensadores de Andalucia • Iniciativa Atea • Iglesia de Base de Madrid • Fundación Luis Bello • Asociación Manuel Azaña • Unidad Cívica por la República • Centro Darwin-Ameghino de Ciencias, Artes y Letras • Ateus de Catalunya • Izquierda UNIDA Comunidad de Madrid • Confluencias • No Nos Resignamos • Partido Comunista de España • Unión de Juventudes Comunistas de España • Plataforma Feminista del Ateneo de Madrid

Convocatoria de Rueda de prensa
Las Organizaciones abajo firmantes deseamos manifestar nuestra más enérgica y serena protesta ante el modo en que institucionalmente se está tratando la visita, ya realizada, a Santiago y Barcelona y, en el próximo agosto a Madrid, de un líder religioso, en este caso el de la Iglesia Católica…

Cerca de una treintena de Asociaciones y Partidos Políticos haremos entrega al Congreso de los Diputados, de un documento de protesta por la llegada a Madrid, el próximo Agosto, de Benedicto XVI.

Lugar: Congreso de los Diputados. Carrera de San Jerónimo nº 40, 5ª planta
Día: Jueves 31
Hora: 11:00 horas.

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El lado oculto de la educación religiosa 13/02/2008

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Entrevista a Antonio Pérez Solís, presidente de AVALL en EL PAIS Comunidad Valenciana

Podeis leer la entrevista en la web del periódico “El País”:

Felicidades Antonio!

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