La Unión de Ateos y Librepensadores (UAL), reunida en Madrid con motivo de la celebración del seminario “El ateísmo en la España del siglo XXI”, manifiesta por medio de esta declaración su apoyo incondicional a la resolución aprobada por la Comisión de Educación del Congreso de los Diputados, instando al Gobierno a trasladar al ordenamiento jurídico del Estado español la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que el pasado 2 de noviembre de 2009 dictaminó que la presencia de “crucifijos en la escuela pública supone una violación de los derechos de los padres a educar a sus hijos según sus propias convicciones”.
La presencia de crucifijos y otros símbolos religiosos, así como la presencia de cualquier otro símbolo o emblema de carácter ideológico en las aulas de los centros escolares que conforman el sistema educativo oficial, sean estos centros de naturaleza pública o privada, supone un grave quebranto para la libertad ideológica de los ciudadanos reconocida por el artículo 16 de la Constitución Española y por los tratados internacionales de derechos humanos suscritos por nuestro país, por lo que tales símbolos deberían ser suprimidos de esas aulas sin más demora.
La presencia de crucifijos en las aulas constituye un ataque inaceptable a la libertad de conciencia y una falta de respeto a todos los ciudadanos, creyentes o no creyentes, por cuanto las creencias religiosas y las convicciones personales forman parte de la esfera íntima de las personas, por lo que nadie debería ser forzado a participar en actividades amparadas por el Estado bajo el símbolo representativo de una creencia o ideología particular.
La UAL reclama asimismo la supresión de todos los símbolos confesionales expuestos en el interior de lugares y edificios públicos, y en especial de todos aquellos que se encuentren presidiendo actividades o ceremonias oficiales. Los ciudadanos tienen derecho a utilizar sus propios símbolos en el ámbito de su privacidad, con la única salvaguarda del respeto debido a los derechos y libertades fundamentales de los demás ciudadanos, y siempre que sus actividades sean acordes con la leyes vigentes del Estado de derecho, pero los actos públicos, realizados en representación de todos los ciudadanos, deben estar libres por completo de toda simbología partidista o confesional.
La UAL exige también la eliminación de todo contenido confesional en los planes de estudios del sistema educativo oficial, revisando para ello si es preciso la legislación vigente, en particular la actual Ley Orgánica de Libertad Religiosa, y derogando los acuerdos entre el Estado Español y la Santa Sede, que además de incluir aspectos de muy dudosa constitucionalidad establecen una discriminación inaceptable entre los ciudadanos de nuestro país en función de sus creencias religiosas o convicciones personales, poniendo gravemente en entredicho la propia esencia democrática del Estado.
La UAL quiere expresar por último su apoyo al sindicalista Julio Reyero, contra quien el arzobispado de Toledo ha presentado de forma abusiva y torticera una querella criminal acusándolo de haber cometido los delitos de provocación para la discriminación y de escarnio a los sentimientos religiosos, por el hecho de pronunciar una conferencia, en junio de 2008, titulada “Fundamentos, actitudes y comportamientos de una organización criminal: la Iglesia católica”, y de haber difundido en el consiguiente cartel anunciador diversas imágenes críticas hacia algunos líderes de la Iglesia católica. La UAL solicita el sobreseimiento inmediato de la causa porque considera inaudito que una organización, responsable de forma directa a lo largo de la historia de incontables víctimas inocentes, pretenda escandalizarse porque en nuestros días alguien se atreva a reprocharle su pasado criminal, perfectamente conocido, documentado y accesible para cualquier ciudadano que desee adquirir un conocimiento mínimamente riguroso de la historia.
¡Por la libertad de conciencia! ¡No al adoctrinamiento en los centros escolares! ¡Fuera la religión de las aulas!
¡Por una verdadera separación entre el Estado y la Iglesia! ¡No a la presencia de símbolos religiosos en los edificios y en los actos oficiales!
¡Por la libertad de expresión! ¡Solidaridad con Julio Reyero!
(Madrid, 6 de diciembre de 2009)