La máxima autoridad eclesiástica inglesa ha denunciado con energía la anticristiana política de su Gobierno, que ha recortado injustamente los escasos ingresos de los más débiles. En España, el máximo representante del episcopado, Rouco, no sólo ha callado ante los lobos que diezman su rebaño, sino que acaba de desautorizar con fuerza la denuncia que de la Reforma Laboral han hecho dos grandes organizaciones cristianas, la HOAC y la JOC. Es decir, ha actuado como un lobo más, y particularmente cruel, al disfrazarse con piel de oveja, para poder devorarlas más fácilmente, aprovechando el que aquí, gracias a su control de gran parte de la enseñanza y de los medios de comunicación, pueden ser más fácilmente engañadas.
Martín Sagrera Capdevila