Valencia, 26 de octubre de 2011
Ante la noticia que reflejan hoy diferentes medios de comunicación acerca de la campaña publicitaria de prostíbulos en los autobuses de transporte metropolitano (ETM) de Valencia, la Asociación Valenciana de Ateos y Librepensadores (AVALL) desea manifestar lo siguiente:
- Que considera legítimo el uso publicitario en medios de transporte por parte de entidades con ánimo de lucro para estimular el consumo de los bienes o servicios que ofrecen al público, con independencia de la valoración ética que la sociedad pueda hacer de ellos.
- Que la Administración Pública sólo debe velar para que dicha publicidad no induzca a comportamientos contrarios a la ley, a la convivencia pacífica o al honor de las personas.
- Que estas elementales normas deben ser aplicadas por la Administración Pública valenciana con total objetividad tanto en el ámbito de la Generalitat como en el de los Municipios, sin que pueda ser objeto de valoraciones subjetivas por parte de las personas que ejerzan la función pública.
- Que nos sorprende la diferencia entre los criterios de la Entidad de Transporte Metropolitano (ETM), dependiente de la Agencia Valenciana de Movilidad, y la de la Empresa Municipal de Transportes de Valencia (EMT), dependiente del Ayuntamiento de Valencia, ambos del mismo signo político. También nos sorprende cómo estos criterios pueden cambiar en unas horas por la presión de la opinión pública, siempre que esta presión sea coincidente con la ideología del partido gobernante.
- Que mientras la ETM afirmaba ayer día 26 de octubre no poder prohibir la campaña que incita al uso y disfrute de los prostíbulos (“Esta publicidad no nos gusta especialmente, pero no podemos hacer nada para impedirla, la ley les ampara”), el Ayuntamiento de Valencia prohibió desde el principio la campaña publicitaria en autobuses de la EMT propuesta en su día por la Unión de Ateos y Librepensadores (UAL), una Asociación sin ánimo de lucro, tan solo porque su eslogan se iniciaba con la frase “probablemente dios no existe”.
- Que los autobuses, sus paradas, edificios públicos y multitud de mobiliario ambulante y fijo en la ciudad de Valencia han sido objeto de propaganda política e ideológica en innumerables ocasiones en los últimos años, incluyendo la propaganda religiosa, sin mayor objeción, pese a que la ideología de algunos credos es contraria e irritante para un porcentaje importante de valencianos. En estos casos, y pensamos que acertadamente, dicha publicidad no tuvo ningún tipo de censura, en salvaguarda del principio de libertad de expresión y de la laicidad del Estado, base de una sociedad plenamente democrática que ha de respetar y permitir la expresión libre de cualquier ideología.
- Que nos parece denigrante la explotación sexual de las personas realizada por estos burdeles participados por proxenetas de cuello alto, que la publicidad en la que las personas aparezcan como mera mercancía es deleznable, pero que también es igual de reprobable la doble moral de los que por un lado criminalizan a las prostitutas desde el púlpito o el escaño, y por otro, y a hurtadillas, se usufructúan.
En definitiva, queremos manifestar las enormes dificultades que nuestra asociación ha tenido y sigue teniendo para publicitarse en los últimos años en la Comunidad Valenciana, habiendo sido nuestra asociación censurada y vilipendiada públicamente por la alcaldesa de Valencia por el mero hecho de intentarlo. No podemos dejar de compararnos con la situación similar de unos proxenetas a los que se les ha dejado hacer de manera complaciente, ya que, aunque finalmente se ha dicho que su publicidad se retirará de los autobuses, sigue luciendo en numerosas vallas publicitarias por toda Valencia.
Con todo ello, queda en evidencia una vez más cómo la administración valenciana sitúa al 23% de la población valenciana, no creyente, en un nivel más bajo que los proxenetas en cuanto al derecho de libertad de expresión.
Associació Valenciana d’Ateus i Lliurepensadors (AVALL)