Cartas al director.


  • Cartas de Martí Sagrera Capdevila y Diego Mas Mas enviadas a diversos periódicos :

Opresión y religión.
LA VANGUARDIA, 24 de diciembre 2007.
Carta enviada por Martí Sagrera.

La buena noticia es que un joven musulmán ha ayudado a una pareja judía a librarse de una agresión en el metro de Nueva York. La mala noticia es que el hecho se considere tan raro. La peor noticia es que la agresión partiera de un grupo de ocho cristianos, tan intolerantes que se consideraron ofendidos y agredieron a la pareja judía cuando a su “Feliz Navidad” contestaron deseándoles una “Feliz Hanuká”, la fiesta de las luces judía que se celebra también en estas fechas. Queda demasiado claro el carácter agresivo y opresor que algunos adoptan bajo la capa de religión, y la necesidad, en sociedades pluralistas, de emplear con desconocidos fórmulas de saludo, de paz y de buenos augurios no potencialmente envenenadas, sino realmente saludables y fraternales, como “Felices Fiestas” o “Feliz Año Nuevo”.

 

Convivencia de las culturas.
Sobre el CONCILIO ATEO. Publicado en PÚBLICO.
Carta enviada por Martí Sagrera.

Lo mínimo para que exista una democracia es la libertad de expresión, el respeto a la opinión ajena: “Disiento de lo que dices, pero defenderé hasta morir que puedas decirlo”. Sin embargo, en España, incluso un conocido diario madrileño se ha atrevido a calificar –en nombre de la tolerancia, por una de esas maravillas de la dialéctica- como una provocación y “mancha para Toledo” la celebración estos días el primer Concilio Ateo estatal. Y eso, en los mismos momentos en que el alcalde de Toledo, que había hecho lo posible para impedirlo, -tuvo que retrasarse por ello un mes-, estaba renovando el juramento de defensa municipal del dogma católico de la Inmaculada Concepción, en una directa, oficial, descarada burla de la aconfesionalidad consagrada por nuestra Constitución.
¿Dónde está, pues, la provocación, y la mancha para Toledo y para todo nuestro sistema de convivencia? Queda patente la urgente necesidad que tienen los sin religión –ya casi una cuarta parte de la población, y mucho más entre los jóvenes- de organizarse para defenderse de tales atropellos por parte de esas y otras abusivas autoridades que violan sus convicciones; máxime cuando ni siquiera existe todavía a escala estatal un Defensor de la libertad de conciencia, como sí hay todo un departamento para defender a las distintas religiones.
En tales circunstancias, este Concilio, celebrado significativamente en una antigua iglesia mozárabe, con la presencia de distintas organizaciones nacionales e internacionales, y un ex embajador en el Vaticano, ha constituido –con sus limitaciones, como toda obra humana- un paso alentador para que Toledo, y España entera, pueda recuperar sus raíces profundas, y volver a ser justamente famoso como hospitalario lugar de convivencia, no ya sólo de “las tres culturas”, sino de todas, que ojalá puedan reunirse globalmente, ya sin obstáculos, pronto en él.

 

Embajador invertido.
Enviado a La Razón el 24 de diciembre de 2007.
Carta enviada por Martí Sagrera.

Señor director:
Los españoles podemos saber mejor qué embajador tenemos hoy ante o del Vaticano, gracias a la entrevista que publica un diario de Madrid*. Porque, a la pregunta de si la izquierda debiera pedir perdón por la guerra civil, responde rotundamente: “-Sí, creo en la reconciliación”, “con generosidad y renuncia”. Pero a la otra: “-Y la Iglesia, ¿debería pedir perdón por su connivencia con el régimen franquista?” contesta “-No se trata de que estemos todos siempre confesándonos y perdonándonos”, cuando sabe que la Iglesia nunca pidió perdón, negándose incluso tres veces a hacerlo a petición de parte de sus mismos fieles.
No es un error de transcripción. Porque el mismo Francisco Vázquez, tras criticar repetida y fuertemente ahí la política con el Vaticano de su propio Gobierno, y del de González, más que la política de Aznar, añade, negro sobre blanco, que “La ceremonia de beatificación de los mártires ha ayudado mucho a esa idea de reconciliación /…/. Aquel gesto fue un gran espaldarazo. A los pocos días /el Vaticano/ lo repitió, concediendo una audiencia de más 40 minutos a la vicepresidenta. En aquella reunión al Vaticano le quedó claro que no se iban a revisar los acuerdos”. “El diálogo entre la Iglesia y el Gobierno /…/ quiere decir que el Gobierno no es claramente aconfesional”. ¿Puede quedar más clara también la jugada de Vázquez? Sin hacer honor ni a las fórmulas diplomáticas que requiere su profesión, e irrespetando su compromiso con el Gobierno y ciudadanos que le eligieron para defender sus intereses, invierte a medio partido su alianza, aprovechando el no haber devuelto aún la camiseta de sus colores para meter goles en propia puerta.

 

Conservadores y Pirineos.
Publicada en El Periódico.
Carta enviada por Diego Mas Mas.

Señor director:
Hay conservadores y conservadores. En Francia -donde me tocó vivir varios años, en circunstancias algo precarias, que me permitieron experimentarlo- hasta los más conservadores procuran conservar los modales, el respeto a los derechos humanos fundamentales, y a la ciudadanía en general. Pero lo que es verdad en aquél lado de los Pirineos, hablando francamente, no lo es aún siempre aquí. A los hechos, tan claros y recientes, me remito:
El gobierno de Sarkozy acaba de cesar de modo fulminante a un alto funcionario, Bolufer, que echaba a la fría calle a los sin techo, mientras que él vivía abusivamente en un lujoso palacio de propiedad pública. Sin embargo, a este lado de los Pirineos, Rajoy ampara -y llevará quizá pronto como segundo en su lista- a un Gallardón, que derriba infraviviendas en la Cañada Real, mientras que gasta cerca de quinientos millones de euros -de las ya superendeudadas, por otras obras polémicas y faraónicas suyas, arcas municipales de Madrid-, a su ambición por mudarse al más lujoso palacio a su alcance: el de Correos, en la Plaza de Cibeles. Y que encima, como para celebrar su traslado, acaba de derrochar en un espectáculo de luz y sonido, el día 23 de diciembre, en media hora, sesenta millones más… pero “sólo” de las pasadas pesetas; asegurándonos además Gallardón, muy serio, que lo hace para honrar a los ciudadanos y al que nació en una infravivienda y nos pidió que tratáramos a los pobres como a Él (no, entendámonos, como a Gallardón). Aunque quizás este alcalde del PP actúe bien, según los criterios de muchos otros conservadores de aquí; porque ni siquiera la jerarquía eclesiástica española ha protestado por ese cristianísimo dispendio, que sólo han criticado – sin duda por envidia y por ser algo “rojeras” o, al menos, “afrancesados” y “liberales” de los de antes- algunos concejales de la oposición.

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