Lo recuerdo como si fuera ahora, yo era pequeño y el edificio, para mí era impresionante, la maquinaria encantadora y los olores mezclados, pero identificables, de vainilla, de chocolate, de frutas y de harina, llenaban el ambiente. Al final del larguísimo horno salían las “marías” calientes, doradas, dulces y algunas quebradas que me dejaban comer. En lugares más pequeños se hacían los bombones y los caramelos. Y mi padre me contaba los procesos y los productos con paciencia, entre “no te acerques !!”, “no toques !!” y “no te manches”.
Las Galletas “VICTORIA” quizás eran demasiado buenas, seguramente con mala gestión y la fábrica iba de mal en peor. Así que unos especuladores la compraron para vender el terreno al poco tiempo a los maristas de Sants-Les Corts, o quizás la compraron directamente ellos, aprovechándose de la necesidad de dinero de los dueños*.
El hecho es que se convirtió en una escuela cristiana dirigida por los hermanos maristas, congregación creada en Francia en enero de 1817. No disponemos de los datos exactos pero mucho nos tememos que emigraron a España hacia el 1905, año de la publicación de la “Ley de separación de la iglesia y el estado” que sin restar ninguna libertad o derecho a las religiones quitó todos los privilegios a la iglesia católica. Casi todas las congregaciones de frailes enseñantes vinieron a España, especialmente Cataluña, donde volvieron, hasta ahora, a disfrutar de unos privilegios incompatibles con un estado aconfesional.
No esconderemos la cabeza y reconocemos que durante la guerra insurreccional del 36 murieron a manos de defensores de la República algunos de sus militantes, pero cabe decir que también murieron del otro bando. No es el momento de juzgar a nadie, pero tampoco de santificar a nadie. Todo el mundo sabe de qué hablo. Y tampoco es el momento de sacar los mártires del armario, para esconder la realidad actual.
Pues esta escuela y estos frailes están en el ojo del huracán por el tema de la pederastia. Después de que un padre valiente a levantado la liebre han empezado a salir víctimas de más de uno de los maestros y frailes, es como un vaso en que una sola gota hace desbordar un montón.
Escena de un cortejo pederasta.
Detalle de un ánfora ateniense pintada con figuras negras del siglo V a. C.
El hombre con barba está representado en un tradicional gesto de cortejo pederasta, con una mano buscando acariciar al joven y la otra tocando su barbilla mirándolo a los ojos
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Esperamos que la justicia no mire hacia otro lugar, como parece que hizo hace unos años en el caso de esta escuela, y se aclare la totalidad de los hechos y se dé la legítima satisfacción a las víctimas.
Y esperamos también que los estudiantes / víctimas de otras escuelas rompan la barrera de silencio en que han vivido sus problemas, y sus padres actúen con la firmeza que es necesario, para que puedan pasar página de estas sórdidas historias.
Yo también pasé por una escuela de frailes y recuerdo la repentina desaparición de dos “hermanos” que según la rumorología al uso durante la dictadura, cometieron alguna acción inmoral con compañeros de escuela. Yo tuve suerte, aunque era guapetón, quizás era demasiado subversivo.
Así he terminado, fuera de la cofradía
* No se si las cosas pasaron en el mismo edificio, pero la escuela es la misma con dos edificios.
R.O.
Este articulo ha sido escrito para la revista digital ”Gaietà Ripoll” editada por Ateus de Catalunya y que en estos momentos está en preparación