23 de abril. Día del Libro

STAND DE ATEUS DE CATALUNYA

El día 23 de abril se celebra en Barcelona la fiesta del libro. La gente aprovecha ese día para adquirir los ejemplares con un descuento del 10% y la ciudad se llena de puestos callejeros en los que librerías y entidades ciudadanas ofrecen a los transeúntes un impresionante abanico de títulos.

Ateos de Cataluña, entidad asociada a la Unión de Ateos y Librepensadores, no podía faltar en semejante acontecimiento y plantó su tenderete en la Rambla de Catalunya para ofertar libros cuya ideología estuviera en consonancia con sus postulados estatutarios.

Todas las editoriales a las que se pidieron ejemplares colaboraron desinteresadamente y nos enviaron los ejemplares solicitados en concepto de depósito. Hubo una excepción, pero nos callaremos -de momento- el nombre de la editorial. Desgraciadamente, el libro que solicitaron era muy bueno y no les quedó más remedio que adquirir previamente los ejemplares que ofrecieron en el stand, que, afortunadamente pudieron venderse y no supuso un quebranto en las exiguas arcas de la asociación.

Acciones como esta de Ateos de Catalunya no pueden considerarse como una manera de ingresar dinero; más bien lo contrario, pues el posible beneficio de la venta se emplea en el transporte que requiere la devolución de los libros no vendidos; pero sí es importante la presencia en este tipo de eventos ciudadanos para que la gente conozca este tipo de asociaciones. De hecho, hubo muchas visitas que desconocían la existencia de asociaciones de ateos y se acercaron a pedir información y a charlar un rato con los socios que atendían el puesto.

Nuestro amigo y genial bufón Leo Bassi montó su espectáculo y recorrió la feria portado en unas andas en plan Esperanza Macarena por costaleros laicos. Le acompañaba una pancarta con el retrato de San Josemaría y su advertencia de lo perjudial que resultaba la lectura. Al pasar ante nuestro stand, nos saludó amablemente y continuó su particular procesión tras recomendar a la multitud alguno de los libros que ofrecíamos. Muchas gracias, Leo.

También hay que hacer constar, porque es de justicia, que el único incidente que se produjo se limitó a los insultos de un "héroe" cristiano que tuvo que retirarse con el rabo entre las piernas al ver que nadie le hizo el menor caso. Si quería martirio, se equivocó de circo.

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